Acaba de pasar el Día de la Tierra el 22 de abril y es el mejor momento para tomar una pausa y reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en nuestro planeta. El cambio climático ya está ocasionando eventos meteorológicos extremos en muchas partes del mundo, subrayando la urgencia de encontrar alternativas sustentables a nuestras prácticas actuales. Pero la sustentabilidad va más allá de la protección del ambiente. También incluye aspectos económicos y sociales. La agricultura sustentable es crucial para proteger nuestros recursos y el ajonjolí tiene potencial de ser un cultivo clave.
El ajonjolí puede crecer en suelos prácticamente infértiles. Esto significa que puede crecer en ambientes con poco contenido de nutrientes. En algunos casos, incluso cuando el suelo no es muy fértil, los agricultores no agregan fertilizante porque el ajonjolí puede crecer de todos modos. Las prácticas agrícolas sustentables recomiendan evitar el uso de fertilizantes químicos, así que este atributo del ajonjolí es muy positivo. Sin embargo, la cantidad de ajonjolí que se cosecha incrementa cuando el suelo tiene nutrientes. Así que aunque los agricultores puedan cosechar ajonjolí sin el uso de fertilizantes, su cosecha sería mejor si agregaran nutrientes a la tierra. Una alternativa a los fertilizantes químicos es el uso de fertilizantes biológicos o inoculantes microbianos. Nos referimos a bacteria u hongos que se añaden a la tierra porque forman una relación simbiótica con la planta del ajonjolí y proveen nutrientes. Un estudio en Nigeria mostró que el uso de fertilizantes biológicos y abono beneficia el crecimiento del ajonjolí, así que adoptar esta medida es muy buena opción para los agricultores que trabajan en suelos infértiles.
En zonas áridas, el ajonjolí ha sido un buen cultivo porque no requiere grandes cantidades de agua. De hecho, el ajonjolí crece mayormente sólo con agua de lluvia, lo que lo hace una semilla ideal en áreas donde el acceso al agua es un problema. Pero esto no es un cuento de hadas, y aunque el ajonjolí ha mostrado tolerancia a la sequía, cuando los cultivos pasan por condiciones de sequía extrema, la cantidad y calidad de la cosecha se ve afectada. Para combatir esto, los científicos intentan identificar genotipos específicos en el ajonjolí que sobreviven mejor a estas condiciones. De ese modo, los agricultores pueden usar las semillas correspondientes a los cultivos resistentes a la sequía y obtener mejores cosechas.
El ajonjolí es visto por agricultores e investigadores como un cultivo sustentable. Esto es principalmente por su habilidad para crecer en condiciones difíciles. No requiere mucha agua y ha mostrado resistencia a las pestes. En términos de nutrientes, no requiere mucho y es de bajo mantenimiento, así que es una buena opción para zonas donde las condiciones no son ideales. El ajonjolí es un excelente candidato para implementar prácticas de agricultura sustentable, y como se cultiva mayormente en países en vías de desarrollo, tiene el potencial de marcar diferencia en la vida de los agricultores.
Referencias:
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Myint D, Gilani SA, Kawase M, Watanabe KN. (2020). Sustainable Sesame (Sesamum indicum L.) Production through Improved Technology: An Overview of Production, Challenges, and Opportunities in Myanmar. Sustainability. 12(9), 3515.